ANEMIA: CAUSAS, TIPOS Y SÍNTOMAS
Causas de la aparición de la anemia
La anemia se produce cuando existe una disminución de glóbulos rojos en la sangre o la concentración de hemoglobina es menor a los valores normales. Esto provoca que se vea disminuida la capacidad de transportar oxígeno a las células, ya que la principal función de los glóbulos rojos o hematíes es transportar en su interior oxígeno en la sangre y liberarlo en los diferentes tejidos. Existen tres causas principales por las que pueden disminuir los glóbulos rojos, y son éstas:
Causas nutricionales: las causas son nutricionales cuando existen en la persona una deficiencia de nutrientes por falta de ingesta o por mala absorción. Las anemias nutricionales son la causa más importante de anemia en el mundo. Se da, sobre todo, en adolescentes y mujeres en edad fértil. Se produce por el déficit de vitamina B12 y ácido fólico, alimentos ricos en hierro e inhibidores de su absorción en la dieta, y por la ingesta inadecuada de ciertas dietas. Su prevención pasa por una revisión de la dieta aportando a ella nutrientes específicos y llevando una dieta adecuada a base de alimentos ricos en hierro, ácido fólico y vitamina B12. Es importante seguirlo de manera estricta ya que la repercusión de la anemia en el organismo puede ser multiorgánica.
Causas fisiológicas: como embarazos, menstruaciones, menopausia… Con ello, los glóbulos rojos se destruyen o se pierden mucho más rápido, la sangre se pierde y se producen hemorragias. En muchos casos, no es suficiente con los glóbulos rojos que quedan en el cuerpo, por lo que hay que seguir un tratamiento para contrarrestar la pérdida de muchos de ellos. Hasta el 60% del hierro de nuestro cuerpo forma parte de la hemoglobina y, el resto, se encuentra en los músculos, el bazo, el hígado y la médula ósea, de donde el cuerpo intenta coger si no tiene cubiertas sus necesidades.
Causas patológicas: enfermedades que puedan causar una hemorragia o que hagan que no se produzcan suficientes glóbulos rojos, como sucede en las aplasias medulares, con los tumores, con enfermedades crónicas como las reumáticas y en la enfermedad que se asocia a la insuficiencia renal crónica.
Síntomas
Los síntomas varían según la causa por la que se haya producido la anemia y según la gravedad de la misma, aunque, en general, se puede sentir fatiga, mareos, aturdimiento, desmayos, cansancio, debilidad, dolor de cabeza, piel pálida, dificultad para respirar, latidos irregulares, dolor en el pecho, extremidades frías…
Si, además, la anemia es producida por la falta de nutrientes, los síntomas también serán los propios de esa falta que produce la no ingesta del nutriente en cuestión. Al principio la anemia puede pasar inadvertida y un dolor de cabeza puede ser solo eso, un simple dolor de cabeza. Pero, a medida que la anemia avanza, los síntomas empeoran. Se suele detectar en un análisis rutinario, según los tipos de anemia puede ser más o menos grave, o de mayor o menor duración. Lo recomendable, siempre, es seguir periódicamente el tratamiento recomendado por el médico de cabecera.
Tipos de anemia
A continuación vamos a hablar de los principales tipos de anemia que nos podemos encontrar.
Anemia ferropénica
Es la más frecuente y, por tanto, la más conocida. Se produce por una carencia del hierro en la sangre, ya sea por causas nutricionales o por una mala absorción del mismo debido a algún fármaco, los depósitos corporales bajos por, por ejemplo, menstruación, o por pérdidas de sangre grandes debido a alguna enfermedad. Este tipo de anemia es la más habitual de entre las anemias microcíticas, en las que el tamaño de los glóbulos rojos es muy pequeño, más de lo normal.
Como recomendación se debería consumir alimentos ricos en hierro como el besugo, el café en grano, el muesli, la avena, las lentejas, los garbanzos, la soja texturizada o las pipas de calabaza. Además, tomar también alimentos que favorezcan la absorción del hierro, como la vitamina C y las proteínas animales. Evitar alimentos que disminuyan la absorción del hierro, como puede ser el calcio, la fibra o las proteínas vegetales.
Anemia megaloblástica
Se caracteriza por una deficiencia de ácido fólico, es común en embarazo y lactancia, por eso es muy importante suplementar este nutriente. Como recomendaciones se debería consumir ácido fólico a través de alimentos vegetales y la vitamina B12, y tratar los alimentos con cuidado ya que el ácido fólico es un nutriente fotosensible que se destruye rápidamente.
Anemia perniciosa
Es una disminución en los glóbulos rojos que ocurre cuando los intestinos no pueden absorber apropiadamente la vitamina B12. Se produce por una deficiencia de vitamina B12, que solo se puede encontrar en alimentos de origen animal, que se absorbe fácilmente pero que necesita de una proteína del estómago, denominada factor intrínseco, para absorberse. Este tipo de anemia se produce, en su mayoría, por una falta de ingesta de alimentos como carne, pescado o huevo. Como recomendaciones se debería consumir carne, pescado azul y huevo.